El interior de un libro tiene un carácter paradójico. Está dentro pero su intención es estar fuera. Escribir un libro responde a esa necesidad de conectar con otro que no está frente a ti, alguien que te conocerá en su habitación mientras te lee, alguien que te conocerá sin que tú lo veas.

En esta serie creada por Cecilia de Tavira, el libro en cuestión es un objeto excavado que abre arquitecturas interiores. Hay entre estos objetos, incluso edificios, cuyas ventanas te dejan ver la vida de diminutas familias en sus cotidianas soledades. En otros cuadernos (que en su función original eran cuadernos contables y que están numerados como se numera una bitácora científica, característica del siglo XIX) hay algo en sus referencias visuales que está a un paso de la ciencia positivista y a otro paso del diario de viaje. Estos cuadernos han recibido de su autora el nombre de “paisajes” y en ellos un diminuto personaje mira hacia el horizonte. Al verlos es inevitable recordar los paisajes románticos de Caspar David Friederich. La lograda factura en resina hace que el paisaje se abra en su humana tridimensionalidad hacia una melancólica puesta de sol en miniatura. En los objetos que guardan un parentesco visual con el álbum familiar “se novela” el fin de la ficciones de la infancia. Se pone en ellos entre comillas la inocencia, el bien y el mal y hay una sugerida tristeza que recorre las venas de colores de estos pequeños álbumes.

Esta íntima serie dio comienzo con un evento trágico en la vida de su autora: la pérdida de su padre por vía de la violencia. Esta obra lleva el nombre de “Un Libro Sobre Mi Padre” y traduce en sus páginas veladuras de una vida conocida a retazos y puntadas y esto queda sugerido en la forma en que el libro está “cosido”. La acompañan en su montaje o puesta en escena, fotografías de las páginas interiores que no quedan a la vista y también un móvil paseo cinematográfico. Se abre así su conciliadora pena y sentido de la reparación. Cecilia de Tavira es una artista mexicana heredera de los mejores momentos del surrealismo francés, aunque todo lo que ha soñado lo ha hecho mirando asuntos crudos de la vida, con los ojos abiertos.

-Valerie Mejer Caso

Texto para el montaje de “Interior Notebooks” 

en el exhibidos en el Four River Cultural Center, Oregon